lunes, 17 de octubre de 2011

Higiene mental


Últimamente me asalta cada vez más lo necesario, casi urgente de aprender los ritmos propios y mantener una cierta “higiene mental”. 
Era "riqueza mental"... pero siempre me recuerda



Puede parecer una obviedad soberana, no lo niego, pero a mí estas epifanías me van llegando poco a poco según van pasando los años (el “coming of age” que le dicen) y me veo en situaciones distintas, conozco a personas muy distintas y puedo comparar un poco esos contextos con el mío propio.
Lo de la higiene mental es algo que oí por primera vez de mi madre, sabia y docta ella, para explicar el punto de consciencia en el que unx es capaz de detectar qué cosas desencadenan dinámicas nocivas para unx mismx y se fuerza a romperlas (para lo que es necesario un autoexamen: saber qué le hace clic a unx). Es en realidad una carrera de fondo que empieza desde tan pronto como tengas ganas, desde las primeras rabietas y mequieromorir adolescentes hasta los patrones que se repiten de adultx; en definitiva es un buen mantra a tener en cuenta antes de caer en pozos de la desesperación prematuramente.
Quizá lo que me sorprende es que no sea algo que llegue naturalmente con el tiempo. Hay un punto de desencanto en ir encontrando perfectxs adultxs que con 60 años se seguirá comportando igual que con 15, o que siendo conscientes de sus limitaciones vuelven a caer en ellas una vez más. Más que desencanto, quizá sea desesperanza: a pesar de que creo que, y hago mucho hincapié en esto, gracias a esfuerzo y voluntad de cambio he visto cómo había cosas de mí que no tenían por qué definirme si yo no quería, hay muchas cosas con las que sigo luchando. Pensar haya issues sin resolver de las que simplemente no sea capaz de hacerme cargo en toda mi vida deja un regusto un poco amargo.
Y me vea así, después de 10, 20, 30 años… en la noria de los patrones.

3 comentarios:

el mejillon suicida. dijo...

Y qué esperabas, evolucionar y convertirte en un ángel alado y volar al cielo?
La vida es animal y nuestro comportamiento también.
Por mucho que la racionalicemos...

el mejillon suicida. dijo...

Y tal

caterina dijo...

No sé. Pensaba después de publicarlo que lo que me pasa es que todavía me siento "niña" frente al mundo y eso me hace ser mucho más beligerante con las debilidades "adultas", mientras que tolero las mías porque las considero parte de un proceso de maduración. Igual si viese que todo el mundo es humano Y YA (estoy en proceso...) podría asimilarlo mejor.